miércoles, 9 de marzo de 2016

Cuando el turismo es un problema


Mientras que las pequeñas ciudades no saben qué hacer para atraer visitantes a sus calles, las grandes urbes no saben qué hacer para controlar tanto turista en sus aceras.

El turismo genera riqueza, o al menos, hace caja, eso está claro. Pero no solo genera dinero, también genera malestar en según qué circunstancias. A las ya conocidas fiestas de borrachera de turistas ingleses o a las colonias alemanas de la costa, se unen problemas que otros ya quisieran: ¡demasiada gente!

Y es que ciudades como Barcelona, Madrid o Sevilla tienen que pelear para ver quién se lleva los cuartos. Ya no es sorpresa ver mochileros, esos turistas que tanto daban de hablar en los 90 y la década pasada. Es lo que antes se llevaba. Es lo que ahora casi es obligatorio. A todos nos gusta ir un 5 estrellas todo pagado y con excursiones programadas para no tener ni que pensar dónde ir. Pero eso no es cool. Hay que ir y hacerlo todo lo más barato posible, para fardar con los amigos porque has sido más listo que el resto de los turistas. ¡Viendo la misma ciudad y por mitad de precio! Vaya suerte… Pero claro, esto tiene víctimas y consecuencias. ¿Víctimas? Los hoteles y pensiones de perfil bajo que se ven abandonadas porque los clientes van a habitaciones o viviendas de alquiler que no tienen regulación turística ninguna. Tal vez cuestan lo mismo, pero son mucho más cosmopolitas, quedan mucho mejor en una conversación. Yo mismo he utilizado este tipo de alquiler y es más divertido decir: “conocí al dueño de la casa, un holandés que era un encanto, con una chica alquilada en la habitación de al lado, que es de Australia”. Vaya anécdota. Mucho mejor que decir que el hotel era bonito, muy acogedor.

Pero tiene consecuencias. Viviendas concebidas para familias que se ven molestadas por el continuo trasiego de turistas entrando y saliendo a todas horas, ruido, malestar en general por una actividad comercial en una vivienda privada. Y no solo el malestar a la hora de la siesta, sino empobrecimiento del servicio, lo que hace que la visión general ciudad se vea influenciada, además de un aumento de movimiento de dinero que no se refleja en los impuestos, con lo que aunque entre dinero en una vivienda de alquiler, no hay nada destinado a la limpieza de las calles, adecuación del transporte urbano, etc. O incluso en planes turísticos.

Ahora que la Asociación Turismo de Madrid llevará a cabo el nuevo plan estratégico de turismo 2015-2019 (sí, 2015…), ven que para promocionar hace falta dinero, pero los hoteleros madrileños rechazan el posible impuesto al turismo en la capital que defendió recientemente el coordinador general del Ayuntamiento de Madrid. Un ambicioso plan que pretende que Madrid entre en el Top 5 de ciudades más visitadas de Europa, para lo cual, tendrá que pelear contra Londres, París, Berlín, Roma y Barcelona).

Promoción que no verían con muy buenos ojos en Barcelona, donde los ciudadanos están cada vez más hartos de las molestias derivadas del turismo. Los barceloneses consideran que el turismo es el cuarto problema más grave de la ciudad, por detrás del paro y las condiciones de trabajo, la inseguridad y la limpieza.

Los vecinos del Gótico, Barceloneta, Sant Pere, Santa Caterina y La Ribera, la Dreta del Eixample y la Antiga Esquerra del Eixample señalan la presencia turística como primera queja, algo lógico teniendo en cuenta que acogen las principales atracciones turísticas.

Como último ejemplo, en Andalucía ven claro que no pueden renunciar al control de miles de plazas turísticas.

La secretaria general de la Consejería de la Junta asegura que en un año "todo el mundo" verá las ventajas de la regularización

La Junta de Andalucía, aseguró ayer que todas las normativas que tocan temas "sensibles" generan al principio "reticencias y ciertas dudas", pero garantizó que de aquí a un año "todo el mundo verá las ventajas de tener un sector regulado".

Que los propietarios realicen una declaración responsable y se inscriban en el Registro de Turismo de la Junta- "beneficia a todos: al destino, al empresario que cumple con sus obligaciones legales y sin duda alguna la turista, porque va a representar mayor calidad y seguridad" en sus visitas a Andalucía.

Sólo el tiempo dirá cuál es el mejor método: sacar provisiones de los profesionales, prohibir los alegales o hacer que todos cumplan sus obligaciones. Por ahora parece que los andaluces tienen las de ganar…

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